Si quieres conocer uno de los templos religiosos más importantes de Brasil, entonces tienes que visitar el santuario de Nuestra Señora Aparecida, la patrona del país. Un templo gigantesco, aunque moderno, que recomiendo visitar si te interesa la cultura religiosa brasileña.

Dónde está
Esta enorme basílica se encuentra en el estado de São Paulo, en la ciudad de Aparecida, a aproximadamente 200 kilómetros de la capital en dirección a Río de Janeiro. No es una distancia excesiva, aunque hay que tener en cuenta que en Brasil las distancias se calculan en horas, no en kilómetros, ya que puede haber grandes atascos o imprevistos en la carretera. Te recomiendo que consultes nuestro artículo sobre cómo conducir en Brasil para preparar tu viaje.
Una vez allí, existe un parking gigantesco para los visitantes, aunque es de pago y no es barato. Para entrar en la propia basílica no hay que pagar, aunque hay varios circuitos que no son gratuitos, como te explicaré un poquito más abajo.

Cómo organizar tu visita
No necesitarás más de un día para recorrer todo el recinto, aunque es bastante agotador ir y venir de São Paulo en el mismo día y hacer alguno de los circuitos de pago, recorrer la pasarela de la fe y subir a la iglesia antigua.
Tal vez prefieras quedarte a dormir en la ciudad de Aparecida, o te sea más sencillo contratar una excursión de ida y vuelta para no tener que conducir hasta allí.

Para comer, el complejo cuenta con un enorme recinto comercial situado frente a la basílica, en el que hay todo tipo de comidas rápidas y opciones para todos los gustos, desde hamburguesas a comidas más típicas brasileñas. En la planta sótano de la basílica también hay alguna cafetería de esas tipo autoservicio en la que puedes ir escogiendo lo que vas a comer y pagas al final de la fila, aunque hay bastantes menos opciones que en el recinto comercial.
Un poco de historia
La historia comienza cuando un grupo de pescadores encontró en el río una imagen de la Virgen María. Ganó rápidamente fama en los alrededores y se levantó una pequeña capilla para ella, que fue sustituida en 1834 por una basílica, la Basílica Histórica o Antigua.
La actual Basílica Histórica, es decir, la iglesia antigua, fue inaugurada en 1888 y elevada a iglesia en 1893.

Como los peregrinos eran cada vez más numerosos, en el siglo XX se decidió construir la basílica actual, una estructura gigantesca con capacidad para albergar a 30.000 personas, solo por detrás de San Pedro en el Vaticano.
La imagen de Nossa Senhora que se venera en Aparecida fue encontrada en 1717, rescatada del río por unos pescadores en lo que se considera uno de los milagros de la Virgen.
Qué ver en el Santuario Nacional de Aparecida

La basílica es un mastodonte de cruz griega con cuatro naves que convergen en un altar central. Es considerada el mayor templo mariano del mundo y el segundo mayor templo católico, después de San Pedro en el Vaticano. La cúpula tiene 70 metros de altura y la torre llega a los 109 metros.
Al ser relativamente moderna, todavía le están añadiendo detalles a sus fachadas exteriores, con preciosas representaciones en azulejos que le van dando un aspecto mucho más bonito que el que tenía hace apenas unos años.

Delante de la basílica hay una plaza rodeada por arcos que forman dos brazos en forma de círculo, coronados por estatuas, en una clara imitación del Vaticano.
Aunque tal vez lo más impresionante es su interior, enormemente decorado. Las paredes y columnas son de ladrillo, y en la parte central predominan los tonos azules y el amarillo dorado de la cúpula. Las imágenes representan elementos bíblicos, pero también hay muchas representaciones de la naturaleza mediante plantas y animales brasileños como la tortuga, el jaguar, el ciervo, el tapir o el armadillo.

Imagen de Nuestra Señora Aparecida
En la basílica moderna de Aparecida se venera la pequeña imagen de Nuestra Señora Aparecida, oculta tras un enorme vidrio protector y rodeada de dorado, con la siguiente inscripción a su alrededor: “O Espirito e a Esposa dizem: amém vem Senhor Jesus”. Para poder observar la imagen es necesario acceder por una pasarela de dirección única, de forma que los fieles van circulando continuamente y solo se paran brevemente delante de la imagen para rezar.

Cuando estuve en Aparecida me entraron dudas sobre si la imagen de la basílica era la auténtica, ya que en la iglesia antigua tienen otra exactamente igual y se sabe que en 1978 hubo un atentado contra la imagen que la dejó reducida a más de doscientos pedazos.
Por lo que estuve leyendo, la imagen fue restaurada (o reconstruida), y se devolvió a la basílica nueva.
Capilla de las Velas

Una de las salas más peculiares de la basílica de Nuestra Señora Aparecida es la que alberga todas las velas ofrecidas por los fieles. Es una sala con varios recipientes llenos de agua, en los que puedes depositar tus velas, que permanecen encendidas hasta que se apagan al consumirse o al entrar en contacto con el agua. Lo más curioso es que es posible saber dónde está la sala desde fuera de la basílica, ya que el humo de las velas ha dejado su marca en la fachada con el paso del tiempo.
Sala de las Promesas

Si hay un lugar curioso en la basílica, es la Sala de las Promesas. Es literalmente un espacio enorme en el que se exponen los objetos que los creyentes han ido entregando como ofrendas y promesas a la Virgen, como agradecimiento por el cumplimiento de un deseo o para pedir la protección en algún aspecto de la vida.
Hay literalmente de todo: desde elementos clásicos como cruces, hasta geodas, vestidos de novia y zapatos.
La mayoría de artículos están clasificados por zonas y temáticas. Así, tienes el vestido de novia rodeado de figurines, ramos preservados y sobres de invitaciones a banquetes.

El techo está cubierto por fotos antiguas de personas que las fueron entregando. Hay muchísimas camisetas de equipos de fútbol, muchas de ellas firmadas; discos de artistas famosos. Cerámica, todo tipo de artículos religiosos como cruces e imágenes, e incluso el casco de Ayrton Senna, el campeón de Fórmula 1 brasileño.
Si tú también quieres dejar algún objeto, existe un mostrador en la misma sala en el que los recogen y clasifican.
Pasarela de la Fe

La Pasarela de la Fe es una estructura metálica azul que serpentea montaña arriba y une la actual basílica con la Basílica Antigua. Tiene 392 metros de longitud y 35 metros de altura, y desde arriba proporciona una de las estampas más bonitas de todo el complejo religioso.
Lo más extraño para mí tal vez fue que al otro lado llegas en una zona comercial en la que puedes comprar souvenirs y que tienes que atravesar para llegar a la Basílica Antigua, pero desde ahí hay algunos miradores con vistas muy bonitas. Si quieres llevarte algo de recuerdo, aquí puedes comprar fitinhas, uno de los artículos religiosos más característicos de Brasil.
Basílica Antigua

Es una iglesia pequeñita y modesta, pero tiene el encanto de las iglesias brasileñas que recuerdan un poco a la arquitectura portuguesa, con fachada de piedra y paredes pintadas.
Se encuentra frente una plaza en la que a menudo hay también vendedores ambulantes, y en su interior se celebran misas que congregan gran cantidad de fieles, por ser la basílica “original”.
Circuitos de visita de pago
Si después de visitar la basílica nueva por dentro te apetece subir a la parte superior, tendrás que adquirir uno de los circuitos de visita. Cuando fui yo había tres opciones:
- Circuito 1: fachada y cúpula
- Circuito 2: mirador y museo
- Circuito 3: mirador, museo, fachada y cúpula.
Para mí lo más interesante era acceder a la cúpula y el mirador, por lo que reservé el circuito que lo incluía todo. Es más caro, pero me pareció mejor. Aunque es posible reservarlo con antelación, también se puede adquirir en el momento.
Si adquieres uno de los circuitos, te darán una pegatina identificativa para que la pongas en la solapa y te darán acceso a los ascensores a las plantas superiores, para que puedas hacer el recorrido.
Mirador

En la parte más alta de la basílica puedes ver la ciudad, el río y la Pasarela de la Fe, que te lleva a la parte alta de la colina, donde está la iglesia antigua. En la parte superior de los ventanales hay carteles informativos con lo que se ve en cada uno, así como fechas destacadas de la historia de Aparecida y la construcción de la iglesia.
Fachadas

Con los circuitos de pago es posible acceder a las fachadas y jardines superiores. Desde aquí se pueden observar muy de cerca los mosaicos de la basílica y hay explicaciones de sus representaciones, que incluyen escenas del Antiguo Testamento como Moisés y las Tablas de la Ley y las plagas de Egipto. También hay escenas del Nuevo Testamento, como el bautismo de Jesús o el martirio de San Esteban. Los mosaicos son muy coloridos, combinando rojos, amarillos, azules y dorados, por lo que el resultado es muy vistoso. Algunos de ellos todavía estaban en construcción cuando fuimos, porque la basílica todavía no tiene su aspecto final.
Cúpula

Para mí lo mejor de todo fue subir hasta la cúpula de la basílica. Las vistas desde lo alto hacia el interior son espectaculares, y la decoración en dorado, con motivos naturales y aves brasileñas volando, me pareció preciosa.
Desde arriba se puede apreciar mejor lo altísima que es la basílica y lo pequeñitas que parecen las personas de abajo. Había incluso un trabajador limpiando las ventanas colgado del techo con un arnés, y estaba lejísimos del suelo.

Museo
Tal vez para mí fue la parte menos interesante de la visita, ya que se trata de un museo de piezas religiosas y elementos como joyas, aunque para otro público pueda resultar más interesante.
Lo más destacado para mí fue que en el museo guardan la piedra de la herradura que se atribuye al milagro del caballero, así como las cadenas del milagro del esclavo. Voy a hablar con más detalle de estos milagros un poquito más abajo.
Teleférico al Morro do Cruzeiro
Es posible subir a la colina donde se sitúa un crucero, con vistas al santuario, mediante teleférico. Nosotros no lo hicimos.
Los milagros de Nuestra Señora Aparecida

A la patrona de Brasil se le atribuyen varios milagros, que se explican en la basílica mediante cuadros y representaciones. El más importante fue el de su aparición:
En 1717, tres pescadores estaban intentando pescar en el río Paraíba do Sul, sin éxito. Cuando lanzaron la red, apareció una imagen sin cabeza de una Virgen morena, enredada en la malla. Volvieron a lanzar la red y apareció la cabeza, que encajó perfectamente con el cuerpo. A partir de ahí, tuvieron éxito en la pesca, que fue muy abundante.
En el pueblo atribuyeron la pesca a un milagro de la Virgen, que llamaron de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida. Es patrona de Brasil desde 1930 y su fiesta oficial es el 12 de octubre.
Otros milagros atribuidos al lugar
- El milagro de la herradura: en 1866 un caballero intentó entrar en la iglesia a caballo para demostrar que no existían los milagros. Al pisar la escalera, la pata del caballo se quedó atrapada en la piedra, dejando la marca para siempre. La piedra original se encuentra expuesta en el Museo, en la Torre Brasilia.
- El milagro de las cadenas: esta es la otra pieza que también está expuesta en el Museo. Se dice que el esclavo Zacarias pasó delante del santuario y pidió rezar a Aparecida. Al arrodillarse para rezar, sus cadenas se soltaron de sus muñecas.
- El milagro de las velas: en una noche en que se apagaron las dos velas que alumbraban a la virgen, Silvana Rocha las fue a encender de nuevo, pero se encendieron solas.
- Milagro de la cieguita: en 1874 una mujer y su hija ciega hicieron un viaje de tres meses a Aparecida desde Jaboticabal. Cuando llegaron, la niña vio con sus propios ojos la capilla y recuperó la vista.
- El niño salvado de las aguas: en 1862 un niño se cayó al río Paraíba. Su madre y su hermana se arrodillaron para pedir ayuda a la virgen. Cuando el padre alcanzó al niño en el río, se dio cuenta de que estaba flotando, sin hundirse ni tragar agua.
- El cazador salvado: un cazador se encontró de repente con un jaguar, cuando ya se había quedado sin munición. Gritó para que la virgen lo ayudase y el jaguar se quedó mirando, hipnotizado, y no lo atacó.
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