A pesar de que no tiene grandes paisajes, ni panorámicas inolvidables como Río de Janeiro, La mayor ciudad del país merece una visita. São Paulo es considerada la capital cultural de Brasil: restaurantes, museos, conciertos… Todo lo que imagines, lo tienes aquí.

Como es imposible abarcar la ciudad entera en uno o dos días, que es lo que generalmente se le puede dedicar, te cuento qué es lo imprescindible que tienes que conocer, para que organices tu ruta por São Paulo y veas lo máximo posible.
Conocer São Paulo en un día
Ya sé que he dicho que es imposible recorrer todo São Paulo en un día, pero lo más probable es que no cuentes con más tiempo, ya que tu idea sea hacer una ruta por Brasil y has usado São Paulo como punto de entrada al país. En este caso, te recomiendo que directamente reserves una excursión, ya que te llevará de un punto importante a otro con rapidez y moverte por tu cuenta en la ciudad no es especialmente fácil.

Puedes hacer un tour de la ciudad al completo, que te enseñará lo fundamental. Si viajas con más gente, tal vez te compense hacer un tour privado. Yo lo hice cuando visité São Paulo con mis padres y nos salió a cuenta por el precio.
Centro histórico de São Paulo
Como era de esperar, una de las zonas más interesantes de São Paulo es su centro histórico. La ciudad no destaca por contar con gran cantidad de edificios antiguos o históricos, pero muchos de los que tiene se concentran aquí. Es, también, una de las zonas de la ciudad en las que hay que prestar más atención a posibles robos, sobre todo en los alrededores de la catedral. Consulta nuestro artículo sobre seguridad en Brasil para visitar São Paulo con más tranquilidad. Si prefieres recorrer la zona con alguien experimentado, puedes contratar un guía o un freetour como este.

La Catedral de São Paulo es, posiblemente, el edificio más importante de la zona y merece la pena verla por dentro. A pesar de su aspecto es moderna, de 1913, y fue realizada en estilo neogótico. A mi me llamó particularmente la atención su órgano de tubos, aunque toda la catedral es bonita por dentro.
Está situada frente a la Praça da Sé, donde está el marco cero de la ciudad. Aquí verás probablemente gran cantidad de policías, ya que es una zona en la que tradicionalmente se producen bastantes robos. Te recomiendo que vayas con atención.

Si te apetece comer algo y quieres probar algo muy típico de aquí, en el centro histórico de São Paulo puedes ir a la Panadería Santa Tereza, muy cerca de la catedral. Aquí puedes probar la coxinha creme, que es diferente de la que se come habitualmente en el resto de Brasil y muy famosa, ya que ha obtenido varios premios.
La Panadería Santa Tereza no es tan espectacular como puede ser la Confitería Colombo del centro histórico de Río de Janeiro, pero es un clásico de São Paulo, así que te recomiendo que vayas.

No muy lejos se encuentra el Pátio do Colégio. Este fue el lugar donde se levantó la primera construcción de la ciudad, creada para catequizar a los indígenas. Este es, literalmente, el germen de la ciudad mastodóntica que hoy es São Paulo. En nuestra última visita a São Paulo no pudimos acceder porque estaba cerrado, así que lo intentaremos para la siguiente.
Edificios relevantes
En la Rua Álvares Penteado se encuentra uno de mis edificios favoritos de São Paulo: el Centro Cultural Banco do Brasil. Es un edificio dedicado al arte en el que se realizan exposiciones a lo largo del año, aunque para mí lo mejor es el propio edificio en sí. Pertenece al Banco do Brasil desde 1923 y forma parte de una red de centros culturales en distintas ciudades del país.

A poca distancia a pie, muy cerca uno del otro, están el Edificio Martinelli y el Edificio Altino Arantes, también conocido como Farol Santander. Son dos de los rascacielos más icónicos de la metrópolis. Este último, además de parecerse muchísimo al Empire State Building, fue el edificio más alto de la ciudad hasta 1960.
Actualmente el Martinelli está en proceso de remodelación y no es posible subir. Al Farol Santander sí y además es uno de los miradores más famosos de la ciudad.

Reconozco que nunca me habían llamado la atención los rascacielos y no me resultan especialmente atractivas las ciudades modernas al estilo Nueva York, pero desde que conozco São Paulo he cambiado un poquito de opinión y he empezado a apreciar un poco más este tipo de construcciones.
Barrio Liberdade
Liberdade es uno de los barrios más turísticos y más famosos de São Paulo. Aquí se encuentra la mayor comunidad japonesa de la ciudad. Para que te hagas una idea, hay que tener en cuenta que en São Paulo se concentra la mayor comunidad nipona fuera de japón, por lo que tiene muchísima importancia.

Pasear por Liberdade parece casi como cambiar de ciudad. Además de en el alumbrado público y los semáforos, con reminiscencias orientales, en lo que hay que fijarse es en la gran cantidad de oferta de tiendas, restaurantes y letreros, no solo japoneses, sino también chinos y coreanos.
La Praça da Liberdade es el punto neurálgico del barrio. Aquí hay una pequeña iglesia, la Iglesia Santa Cruz de las Almas de los Ahorcados. También hay una estatua dedicada a Deolinda Madre, fundadora de una escuela de samba en el barrio. También hay un mercadillo callejero en el que puedes comprar productos típicos.

En la Rua Galvão Bueno hay un Jardín Oriental, aunque es pequeñito.
Es muy sencillo llegar al barrio en metro, ya que aquí se encuentra la Estación Liberdade, que te deja justo en la plaza.
Mercado Municipal
Otro de los lugares más icónicos de São Paulo es el Mercado Municipal Paulistano. Puedes acceder a él por alguna de sus entradas en la bulliciosa Rua da Cantareira. Conocido como Mercadão por los locales, hoy en día ya no es un lugar en el que comprar frutas y verduras, sino que también se ha convertido en una zona de restauración en la que puedes probar comida típica brasileña.

Tiene 12600 metros cuadrados de extensión y fue inaugurado en enero de 1933. El responsable de la obra creó también otros edificios importantes como el Teatro Municipal y la Pinacoteca. En el Mercado Municipal Paulistano llaman la atención también sus 72 vitrales en 32 paneles.
Si quieres probar el bocadillo más típico del Mercado Municipal (y tal vez de São Paulo), tienes que visitar el Bar do Mané y pedir uno de sus famosísimos bocadillos de mortadela.

Dice el folclore local que una vez un cliente se quejó de la poca cantidad de mortadela en su bocadillo. El propietario creó esta absoluta barbaridad de ración como respuesta. El clásico es el de mortadela a la plancha con queso, aunque hoy hay más variedades. La verdad es que está bueno, aunque es un poco demasiado.
Avenida Paulista
Si lo que te interesa es la parte de São Paulo más moderna, llena de rascacielos y que recuerda a las grandes urbes estadounidenses, entonces tienes que recorrer la Avenida Paulista.
Es un centro financiero y económico, a pesar de que empezó siendo principalmente zon a residencial para la aristocracia cafetera. Los palacetes fueron dando paso a grandes edificios y rascacielos llenos de oficinas. Uno de los pocos que quedan es la Casa das Rosas, en el número 37 de la avenida, que fue construida en 1935 y es hoy un museo y centro cultural.
Si te interesa el arte, en la Avenida Paulista también se sitúa el Museo de arte de São Paulo (MASP). Si prefieres las zonas verdes, en la avenida se sitúa el Parque Trianon o Parque Tenente Siqueira Campos, un reducto de mata atlántica en el medio de la ciudad.
Parque Ibirapuera

El parque Ibirapuera se considera el pulmón verde de São Paulo, debido a su enorme tamaño. Haría falta un día completo para recorrerlo, aunque también puedes ir hasta allí para dar un paseo.
Ibirapuera concentra también unos cuantos edificios interesantes: a su lado se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo, que tiene un mirador famoso por sus vistas a la ciudad. En la entrada se encuentra un auditorio obra de Oscar Niemeyer y enfrente el obelisco a los Héroes de 32.

Hay un planetario, un Museo Afrobrasileño e incluso un pabellón japonés. En otro de sus extremos, en la Plaza de Armando de Salles Oliveira, hay un Monumento a los Bandeirantes. Lo dicho: haría falta un día entero para recorrerlo.
Vila Madalena
Vila Madalena es el barrio más artístico, alternativo y bohemio de São Paulo. Esta encantadora zona de la ciudad está llena de arte urbano en las paredes de los edificios y es una zona conocida por sus bares y tiendas.
Vila Madalena tiene su propia “Escalera de Selarón”, como el barrio de Santa Teresa en Río de Janeiro, aunque hay que decir que las comparaciones son odiosas, ya que tiene poco que ver.

La conocida como Escadaria do Patápio es uno de los puntos turísticos más fotografiados y se sitúa entre Patápio Silva y Medeiros de Albuquerque. Pasó por un proceso de remodelación en 2015, en el que se cubrió de azulejos con distintos motivos.
La verdad es que cuando fuimos estaba un poco desastrosa, llena de grafitis “no artísticos” que la afeaban bastante y poco tenía ya que ver con la idea original, pero es un lugar que no está mal conocer.

La calle más conocida de Vila Madalena es el Beco do Batman (callejón de Batman), un lugar alternativo lleno de grafitis, locales interesantes y puestos de vendedores de joyas, ropa y otros objetos. El nombre le viene de un grafiti que se hizo en la calle. Si te apetece un helado, la heladería Dolfo’s los hace muy ricos.
Código ético: este artículo tiene enlaces de afiliación. Si haces alguna reserva, yo llevaré una pequeña comisión, pero tú pagarás lo mismo. Todo lo que recomendamos son opiniones personales y con tu pequeña aportación podemos mantener este blog.