Quién soy

Mi nombre es Raquel y soy española, aunque en realidad esta historia empezó mucho antes que yo. Mi abuela vivió hasta los 16 años en Brasil con toda su familia, antes de volver a Galicia. En su casa siempre había bananinhos y cocadas, además de bombones Garoto. En su muñeca siempre llevaba una fitinha del Senhor do Bonfim.
La tía Preci pasaba los veranos en Galicia y yo siempre me preguntaba por qué me llamaba “minina”, aunque suponía que era la forma cariñosa en la que allí llamaban a los niños. Crecí acostumbrada al acento portugués bahiano: lento, de tono suave y melódico.
La primera vez que visité Brasil fue con mis padres. Me quedé alucinada con las playas kilométricas del Nordeste, con el color de Salvador de Bahía, con su bullicio, sus olores y su ambiente. Pocos viajes me habían marcado tanto como aquel.
En 2016, durante un año de intercambio en Francia, empecé a estudiar portugués. No deja de tener gracia que fuese precisamente fuera de Galicia cuando me introduje de lleno en un idioma que tengo literalmente al lado. Y poco después, ese mismo año, conocí a un chico brasileño y todas las piezas del puzzle empezaron a encajar.
Quién me ayuda
Mi fuente de conocimientos culturales y de consejos para moverse por el país es Tomás, brasileño de nacimiento. Tras conocernos en Francia, nos instalamos juntos en España y desde entonces mis viajes a Brasil se han vuelto habituales: desde el 2012 viajamos juntos por su país muy a menudo y aprovechamos para conocerlo a fondo, solos o con nuestras familias.
Por esta razón, Brasileristas tiene dos puntos de vista completamente diferentes, que se complementan a la perfección. Por un lado, la visión de una extranjera; por el otro, el punto de vista de un local. De este modo, intentamos enseñar Brasil de forma única y diferente, con consejos útiles y recomendaciones para disfrutar del país al máximo.